Ayer cerré los ojos
quise dejar de pensar
por un minuto.
fijé la mirada en el amarillo muro
y dos párrafos de lágrimas se deslizaron
a tu encuentro, un nombre impronunciable
una sonrisa indecible
todo lo que puedo decir
por que cuando a palabra se ahoga
la sonrisa se desvanece
solo queda ese espacio negro
donde el pensamiento encarna
lo vacío del signo
lo perdido de perderse
lo celestial de ningún cielo