jueves, 10 de abril de 2014

El Beso.


El Beso.
No sabía cómo gritar hoy su nombre
tal vez y tan solo esperaba sus labios,
para liberarse hoy  de su cárcel circular
y versaba sin versar.
Beso su contorno frágil
beso su entorno lento y ágil
mientras la piel calentaba su
melodía de beso y retorno
Caliente se retorcía ante el cromo,
ante metálica caricia,  dulce
beso de azúcar en la orilla de la piel,
 beso de dulce miel.
Como un agotado seno la menguada luna
color negro palidece, en silencioso encuentro
de besos húmedos, de besos absorbentes,
exploradores, conquistadores…
Ahora sola desnuda se puede ver su
porcelana piel, manchada por lo que fue.
Un acto de filosofía, un acto de costumbre, un acto de actor
un acto de amor.
El azúcar de su música despinta ante la nostalgia de lo que fue bueno.
Sacó del bolsillo un hueso y encendió la punta para su consuelo.
Ella menguada hacía sentir su ausencia,
entristecido por lo que fue, aturdido por la pasión
Acariciando el ahora albino seno
ante una corte de amarillo brillo,
levantose gimiendo,
sudando, aullando,
 “por favor otro café…”.