Luces de día
todas las noches en un cuarto desconocido,
mirando como el otoño se vuelve primavera invierno,
es casi como el infierno.
Ya no escucho las luces profundas de su alma,
ya no escucho el latír de mí corazón,
ya no escucho nada
hedejado de respirar.
Luces de noche
colandose por mi puerta como velas
de un velorio como velas de un recuerdo
que quiero apagar
tomando un café de amor y rabia
perdiendo la pulseta al tiempo
estando en las puertas del misterio
verdes ventanas, oscuro corazón
el humo del cigarro de hace dos días
reyna en mi ropa raida
el humo de mi alma se oscurece
dentro de mi florero de madera
la decisión se tomó, cada camno se hunde
en la historia. Llegó el momento de partir...