miércoles, 17 de agosto de 2011

Medio siglo XXI

Enciendo el último cigarro de la noche, la taza vacía y la vida como un cuentagotas se termina. Algo irritado esta noche, algo sediento de mirar la bruma en el espejo, la bruma soy yo y una idea salta a mi cabeza, una idea que juega y me sonrie ya cansado de los monstruos de la calle, taxis que pasan como dragones que engullen a sus pasajeros
-pequeños dragones-
-grandes camiones-
Las prostitutas aun no han salido
-princesas vestidas de noche y coronadas de altos tacones-
mi pensamiento esta hecho un tren, carruaje medieval sobre rieles y la edad media que cae en pleno siglo XXI donde:

Los ángeles te atienden en el banco
haber si el préstamo a salido
rezas una oración marchita
frente al cajero del banco

En el nombre del dolar
del euro hasta que la economía
mundial se equilibre

no muy lejos vemos a un papa
convertido en el gran administrador
depositando en la cuenta  las almas
para tener un poco mas de interes.

el pastor que es dueño del banco
de en frente reuniendo unos
cuantos pesos mas para ganar un sitio en el celestial banco

y el dinero es el cielo o el infierno
y la religion una forma de economía
y los dragones tienen mirada de luz
y la caída de la economía  la puerta del infierno

Dinero tan dulce tan celestial
como el demonio que alguna
deidad nos sembro dentro

tan malo pero tan dulce a la vez
no nos compra la vida
pero nos la hace más dulce...

   En eso, se ha convertido la oración del cruzado de la nueva edad media, caballero de brillante armadura y solvente cuenta, y pienso mientras mi muerte empaquetada en cajitas de 3,50 Bs se termina, tal vez enojado tal vez perdido por el dulce licor del fin último de un buen tabaco
-no se -
más dulce, más dulce.